Como si estuviera sobre el césped y vestido de corto, Sergio Ramos acudió a la rueda de prensa previa a la final de la Supercopa de Europa y no dejó títere con cabeza. El principal damnificado de sus declaraciones fue el entrenador del Liverpool, Jürgen Klopp, que había criticado al defensa por la acción en la que lesionó a Mo' Salah en la pasada final de la Champions League.

Ramos reparte contra Klopp y Cristiano (leer noticia)