A Fermín nadie le ha regalado nada. De rebote en el primer equipo del Barça a principios de la temporada pasada, el andaluz agarró con uñas y dientes la oportunidad. Sorprendió al principio y después, cuando algunos ya no contaban con él, volvió a sacar la cabeza. Pese a sus 11 goles, aún le hizo falta romperla en los Juegos Olímpicos para 'reclamar' su espacio en el elenco de Hansi Flick, con quien otros partían con ventaja. Acostumbrado a un sinfín de reválidas, el onubense lo ha vuelto a hacer este curso: en silencio, el '16' ha aprovechado todos y cada uno de los minutos hasta convencer al técnico de que lo suyo no es flor de un día, sino puro rendimiento.

Ni el golazo consoló a un Fermín desatado (leer noticia)