Hubo una generación en el Real Madrid que fue irrepetible, la Quinta del Buitre. Deleitó al mundo del fútbol con la frescura de sus miembros, todos con un perfil diferente que aportaron asociación creatividad y magia al juego colectivo. Un equipo cuyo mejor legado fue ganar cinco Ligas consecutivas, pero que fue incapaz de conquistar la Copa de Europa. Un déficit que eclipsó la mejor generación que ha dado ‘La Fábrica’ en su historia. Pocos recuerdan aquella frustración en esta última década, en la que los blancos han arrollado en Europa con un gen ganador que inyectó Cristiano Ronaldo para imponer la máxima de las “finales no se juegan se ganan”.

El talento no asegura el gen ganador de la vieja guardia del Real Madrid (leer noticia)