Salir y besar el santo. Lo de Riqui Puig en el Martínez Valero fue brillante. El canterano ingresó en el terreno de juego en el minuto 87 y tan solo dos después anotó el 0-2 de la tranquilidad. Una diana que, además, llegó de cabeza. Teniendo en cuenta que el de Matadepera mide menos de 1,70 metros y que los centrales del Elche no son precisamente bajitos, doble mérito. "El gol lo marco yo, pero hay que agradecer a De Jong el pase. No había marcado muchos goles de cabeza. Me hace feliz, gracias a todos los compañeros", ha comentado a los micrófonos de Movistar al término del choque, feliz.

"Está siendo un año duro para mí, estoy entrando muy poco" (leer noticia)