Vivió todos los estados posibles el Athletic en 90 minutos. De la apatía y la impotencia a la alegría y satisfacción por la victoria final. Los rojiblancos, un equipo que mostró dos caras totalmente diferentes, empezaron a carburar con la entrada de Muniain en el 68’, el gran protagonista de la remontada ante un Sevilla al que el partido se le hizo muy largo.

La victoria del Athletic, una cuestión de fe (leer noticia)