“Lo necesitaba”, decía Endrick al final del partido contra el Celta, donde fue el héroe inesperado del Real Madrid. Marcó dos goles, el primero de un izquierdazo que desatascaba unas tablas que tenían al madridismo en vilo en otra noche de sufrimiento (2-2). El segundo fue para reivindicarse con un taconazo, que muestra los recursos de un goleador. Ambos levantaron al Bernabéu de sus asientos, aliviando las tensiones hacia un equipo que no acaba de convencer.

Endrick, el héroe inesperado (leer noticia)