La gestión de la plantilla de Carlo Ancelotti tiene un sello muy especial. Un entrenador de los llamados de mano izquierda, cercano a los jugadores, preocupado de sus preocupaciones y abierto siempre al diálogo. Es una manera de intentar tener contentos a todos, en especial cuando se analizan sus números y concluyen que sus elecciones son fijas y poco variables en la que unos, por jerarquía y fútbol según su criterio, se llevan más pastel que otros.

Las dos velocidades de Ancelotti (leer noticia)