Carlo Ancelotti se ha ganado la fama de entrenador accesible, amable con sus jugadores, de esos que se alejan de la mano dura para entender la situación de cada profesional: “Mi puerta está siempre abierta". Públicamente se flagela cuando le nombran jugadores con los que no cuenta, reconociendo que juegan poco y en algunos casos nada. En su segunda etapa en el Real Madrid ha poblado el banquillo de patitos feos y los síntomas indican que seguirá la misma política, pese a que la temporada acaba de empezar.

Brahim, Nacho, Lunin, Ceballos y Odriozola, patitos feos de Ancelotti (leer noticia)