Y de golpe apareció Bernardo Silva. Cuando la impertérrita lluvia de Manchester parecía negar toda la pólvora que había en el Etihad Stadium, un cañonazo del portugués desarmó al Aston Villa. Un gol en el tramo final decidió, algo que visto el partido parece inexplicable. No dejaron de sucederse las ocasiones, de los hombres de Guardiola en su mayoría. Bernardo Silva fue la gota que colmó la tormenta, y desató en el banquillo del City una celebración de las que suenan a partido de los que se recuerda.

Bernardo Silva ejecuta al Aston Villa (leer noticia)