Un derbi, siempre es un derbi. Esa clase de partidos que se ganan antes de saltar al césped y donde la 'testiculina' es un elemento innegociable. Chelsea y Arsenal brindaron una lección de fútbol con marcado gen británico. Pura adrenalina de inicio a fin. Y de pronóstico inciertísimo.

Bellerín reaparece en el Arsenal con un gol salvador (leer noticia)