Cuando jugaba en el Sunderland, Jermain Defoe conoció a Bradley Lowery, un niño enfermo de cáncer. El futbolista se convirtió en más que un amigo para Bradlet, compartiendo varios momentos juntos. Incluso Defoe se queaba a dormir en el hospital con el pequeño. Finalmente, Lowery falleció y ahora el jugador del Bournemouth se ha tatuado su nombre en el brazo