Cuando el sorteo fue tan caprichoso que enfrentó entre tantísimas posibilidades a los dos polos seguramente más opuestos del mundo del fútbol como son el Getafe y el Ajax, muchos se frotaron las manos. La expresión ‘choque de estilos’ fue con diferencia la más utilizada para definir una eliminatoria en la que nadie dudaba de que iban a saltar chispas. Los pronósticos iniciales no eran muy halagüeños para los azulones. El cuadro ‘ajacied’, vigente semifinalista de Champions, venía de quedarse fuera de la máxima competición continental casi de rebote frente al Valencia y apuntaba a uno de los grandes favoritos para hacerse con la Europa League. Las credenciales del ‘Geta’ eran su gran campaña en la Liga, pero su inexperiencia en estas lindes y el ‘semidesconocimiento’ de sus futbolistas por parte del aficionado europeo en general no lo situaban en muy buena posición.

El enfrentamiento Bordalás-Ten Hag provoca un 'sismo' en el fútbol (leer noticia)