El Real Madrid tiene que seguir viviendo del pasado. El regreso de Gareth Bale es el mejor parche para el ataque blanco en su intento de paliar la crisis goleadora que arrastran los madridistas desde la salida de Cristiano Ronaldo. Solo la esperanza de fichar a Mbappé solucionaría un déficit que empieza a preocupar a Carlo Ancelotti, un técnico de ideas ofensivas que empieza a entender los problemas con los que se encontró su antecesor Zinedine Zidane.

Bale, el tuerto en un ataque de ciegos (leer noticia)