A James Ellroy nos lo encontramos de mañana, descansado y -dados los acostumbrados y famosos estándares que han dado forma a su leyenda de “perro diabólico”- relajado. De vuelta al hotel, tras la sesión fotográfica en la Plaza Nueva de Sevilla, comenta divertido el parecido de un taxista que aguarda la llegada de clientes con Gabriel García Márquez. En el apresurado debate sobre titanes del boom latinoamericano que surge a partir de la anécdota, el periodista se declarará más partidario del Vargas Llosa novelista que del autor de Cien años de soledad, obra que Ellroy despacha, muy en su línea, como "creepy shit” (mierda espeluznante, aproximadamente).

James Ellroy: “Marilyn es un coñazo, maldigo el día en que decidí escribir este libro” (leer noticia)