No han pasado ni dos meses desde que Sérgio Conceiçao aterrizó en Milán con el objetivo de poner orden en San Siro. Una misión que el 'sargento' luso cumplió sin rechistar, pero con varios líos de por medio, todo sea dicho. Después de levantar la Supercoppa de Italia, celebrada con un buen puro, como buen 'tipo duro', sus métodos empezaron a caldear el ambiente de la plantilla, provocando, en algunos casos, y buscando, en otros, la salida de varios miembros en el mercado invernal. Si hay algo claro en el Milan, es que Conceiçao no se casa con nadie.
Conceiçao no deja títere con cabeza: "Tiene un carácter muy difícil" (leer noticia)