El castigo que se llevó el Oporto del Sánchez Pizjuán fue de los severos. Sin ver el partido, un 0-2 para el Chelsea sería algo normal pero el partido nada tuvo que ver con el resultado final. Decepcionante desenlace para los dragones que merecieron ya no solo empatar, sino como mínimo un gol que les diera vida en la eliminatoria. Triunfo de oficio para los de Tuchel que sí tenían la pólvora a punto. Lo poco que generaron lo marcaron. Por eso eran los favoritos, aunque sobre el verde no lo pareció.

El Chelsea castiga a un Oporto con poca puntería (leer noticia)