El Real Madrid está instalado en el permanente sufrimiento deportivo desde que ganó la última Champions en 2018. Sobrevive con los rescoldos de una generación única y otra que no acaba de arrancar. Una situación que obliga a Florentino Pérez en año de elecciones a hacer una renovación de la plantilla para potenciar al equipo e ilusionar a una afición que lleva dos años dudando y que no puede expresar su parecer por culpa de una pandemia que le aleja del estadio. La crisis económica frenó la llegada de refuerzos el verano pasado, obligando al club a apretarse el cinturón para salvar con éxito la reducción del presupuesto de 300 millones de euros.

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