Hansi Flick ha ido modelando durante toda la temporada a su equipo hasta encontrar su once de gala, ese que cualquier aficionado se sabe de memoria y puede recitar de carrerilla. Las plantillas son las que ganan títulos, pero son los futbolistas los que ganan partidos. Y la final de Copa es uno de esos en los que la elección del técnico confirma su apuesta de gala.
Flick, a la final con el once clásico (leer noticia)