Cuando era pequeño un hombre le quitó una moneda de la oreja. Aquello marcó tanto a Antonio Díaz que terminó convirtiéndose en El Mago Pop, uno de los ilusionistas más conocidos del mundo. Luego, de adolescente, leía biografías de personajes históricos que impulsaron su ambición y se quedaba delante de la tele, alucinado, mirando a Romario, el brasileño más mágico que recuerda.

El Mago Pop, la magia de lo imposible (leer noticia)