Verle jugar era un placer. Dotado de una técnica envidiable, manejaba el balón con las dos piernas con exquisitez. Ejecutaba las faltas como nadie y tenía buena llegada al área rival, por lo que hacía goles con facilidad a pesar de jugar como centrocampista.

Marcial: El goleador de la Liga de Cruyff (leer noticia)