El segundo partido del FC Barcelona de Xavi Hernández, como el primero, es de una exigencia máxima. De hecho, el choque contra el Benfica es una final y, de ganar, el equipo azulgrana puede ‘olvidarse’ de la Champions League hasta febrero de 2022. No hay relajación posible en el despegue del egarense en el banquillo, favorecido solo por el factor campo y maltratado por la presión, las lesiones y la escasez de tiempo para trabajar e implantar su idea.

Barça - Benfica: mucho en juego (leer noticia)