Tiene solo 23 años, pero la madurez suficiente como para hacer autocrítica de si mismo y no temblar a la hora de pegarse un capón o echarse flores. Si algo ha demostrado Frenkie de Jong desde que aterrizó en Barcelona (recientemente se cumplió un año desde que se instaló en la ciudad condal, por cierto) es una gran capacidad de análisis, tanto del rumbo del colectivo como del suyo propio. Ya en más de una ocasión no ha dudado a la hora de exponerse en público y asegurar que el equipo no estaba jugando todo lo bien que debería o que su rendimiento personal no terminaba de acercarse a lo que él creía que podía dar.

De Jong hace autocrítica: "Podría haber hecho mucho más" (leer noticia)