La situación en la que llega el RCD Espanyol al Camp Nou es tan dramática que ni siquiera una victoria en la plaza más deseada podría aliviar los miles de males que sufre ahora mismo el equipo dirigido por Rufete. Sin esperanza, sin opciones reales, sin un patrón de juego y con demasiados encuentros por delante hasta que se acabe este infierno de temporada, la entidad perica se desangra por todos los lados. En otras circunstancias, la posibilidad de rascar algo en el campo del eterno rival y ya dejarlo sin ninguna posibilidad de levantar el título de Liga sería un estímulo tremendo, pero el panorama es terrible.

El Espanyol puede bajar a los infiernos en su estadio maldito (leer noticia)