Diego Simeone, entrenador del Atlético, debe sentir un molesto hormigueo en su estómago cada vez que tiene por delante un partido contra el Barcelona. El técnico argentino ha logrado convertirse en el santo y seña del club colchonero después de colocarle y mantenerle en el grupo de aspirantes en todas las competiciones que disputa, pero hasta ahora nunca ha podido sentirse cómodo antes de estos enfrentamientos ni puede presumir de haber encontrado la pócima mágica para frenar al equipo blaugrana en general y a su compatriota Leo Messi en particular. Todo lo contrario, el Barça se ha convertido en un molesto dolor de muelas para el ‘cholismo’.

Simeone pierde fuelle frente al Barcelona (leer noticia)