En año 2010 el Tribunal Constitucional publicó la sentencia en la que sesgaba considerablemente el Estatut de Catalunya de 2006. A partir de ese momento el movimiento independentista catalán empieza a reividicar sus aspiraciones masivamente y cada Diada Nacional de Catalunya se convierte en un clamor por la separación de Catalunya del resto del estado español. 

En 2009 se lleva a cabo la consulta del 9-N que se desarrolla como un proceso participativo y no se producen inicidentes. En septiembre de 2015 el Govern de la Generalitat impulsa una hoja de ruta del proceso soberanista que se articula sobre el referéndum del 1 de octubre de 2017 y la posterior declaración la independencia de Catalunya en el caso de que gane el sí.