Respira e inspira limpio. Sofía Ellar es pura energía. Un polvorín verbal y una mujer que sabe, ahora sí, perfectamente lo que quiere. Agarrada a su guitarra, esta cantantautora autoeditada sigue dándole la vuelta a las -sus- cosas compartiéndolas con un público muy fiel.

Quedó muy atrás “aquel día a día en oficinas, con mi carrera de administración de empresas como tarjeta de presentación para una vida estándar. Decidí vivir mi sueño tras la foto de la orla y con el título en la mano”, explica. Lo logró atravesando etapas, enfrentándose al mundo de la industria discográfica con su apuesta como artista independiente y retándose. Hablo con ella en Ibiza, feliz con su nuevo ‘single’ y con “una calma y una serenidad que me ha costado, pero que ahí está. Me gusta ver el vaso medio lleno. Siempre que una se lo puede permitir, claro, porque he vivido de todo. Una niña de 21 años en un mundo de tiburones, ya me contarás (ríe). Mujer, joven y con un proyecto retador. Un cóctel molotov. Sacas la garra, te defiendes y ahora creo que las mujeres debemos tomarnos muy en serio el relevo que pasamos a las nuevas generaciones”.

Para explicarme su actual estilo de vida, Sofía Ellar se remonta a un pasado en el que “tuve una etapa en la que estuve triste. Mucho. No pasa nada por hablar claro de salud mental, todo lo contrario. Son ‘bajones’ que has de tratar y yo usé el arte y la música para ello. Creé un alter ego y me refugié en él”.

Busquen a Mademoiselle Madame y lo entenderán. Con la psicóloga Sílvia Congost a su lado, reescribió el camino. En esa etapa, “dejé de hacer deporte, me sentaba mal la comida… En el estómago están todas las emociones”. Aprendió de ello y me deja una reflexión interesante: “Si sales de casa con la batería al completo no puede ser que a las siete de la tarde estés a cero. Vigilemos eso y dejémonos un porcentaje para nosotros. Hay que ponerse por delante y tener filtro. En el equilibrio está el éxito”.

El mar. Nadar. Entrenar la fuerza. “He vuelto a hacer deporte -cuenta- y me sienta mejor que nunca. Aquí, en Ibiza, paso al menos dos horas en el agua. Lo que aporta el yodo es mucho”. Pone música a todo lo que explica, algo que hace con pasión.

Me recuerda sus entrenamientos y recetas compartidas en Instagram durante la pandemia y esta Sofía Ellar que disfruta “con la comida sana y el placer que suponen esos tomatitos cherry y esos rabanitos cortados y aderezados con limón. Y el jamón ibérico. Ay, ay, ay”. Se relame con ello y se reconoce porque “vuelvo a tener músculo y moflete. Estoy en un momento fantástico. Estoy ‘detox’’.