LA LISTA NEGRA DE FLORENTINO
Las estrellas son estrellas hasta que dejan de serlo. En ese momento, su nombre pasa a ser uno más de la lista negra de Florentino
Texto: Christian Blasco, Toni Munar - Edición: Miki Soria
Florentino Pérez es un presidente que tiene claros sus límites. Tan claros los tiene que a veces sus exigencias han supuesto salidas muy dolorosas del club. Jugadores que eran leyendas se fueron por no acceptar las condiciones que les proponía el presidente. En el Real Madrid, las normas las pone Florentino y los jugadores acatan.
Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos, Fernando Hierro, Luis Figo... y muchos más sufrieron las consecuencias de intentar un pulso con el presidente del Real Madrid. Spoiler, los cinco terminaron fuera del club.
Actualmente hay otro futbolista que está intentando volver a poner contra las cuerdas a Florentino, pero desde ese momento los rumores de una salida a Arabia Saudita no han hecho más que aumentar. Vinicius Jr deberá decidir, o renueva con las condiciones que le impone el presidente o se busca la vida fuera del Santiago Bernabéu...
HIERRO Y EL 'MOTÍN DEL TXISTU'
Capitán y emblema del Real Madrid, Hierro también protagonizó una salida traumática del conjunto blanco. En este caso, los hechos se desataron tras el haceres con la Liga en 2003. En ese momento empezaron una serie de discusiones entre la plantilla, representada por el propio Hierro, y la directiva, presidida por Florentino Pérez.
Un capítulo conocido como el 'Motín del Txistu', Todo empezó con un pulso entre Hierro y Valdano, que por aquel entonces era el director general deportivo del club. Los jugadores se plantaron y protagonizaron un desplante a la afición y a la prensa, negándose a realizar una segunda vuelta de honor, tal y como se había acordado, lo que causó un gran enfado en la junta de Florentino. El presunto origen del conflicto había sido el anuncio del fichaje de Beckham solo unos días antes del partido ante el Athletic, algo que no gustó nada a los capitanes. Hierro no hizo caso a los consejos de Valdano y los jugadores abandonaron el estadio por una puerta trasera para ir directos al autobús y evitar la zona mixta.
Ya en el Mesón Tixstu, se produjo una cena "conflictiva", según relata el propio Valdano en el documental Galácticos de ESPN, a la que los jugadores llegaron tarde, haciendo esperar a la directiva. En el mismo documento, los jugadores de aquel entonces confirman que fue un motín, con los futbolistas amenazando a Florentino con no ir a la celebración en la ciudad ni a los actos institucionales. Según el periodista Joaquín Maroto, Hierro le dijo al presidente que no irían a la recepción del ayuntamiento y este le contesto: "A mí no me des con el dedito que yo no soy el árbitro".
"A mí no me des con el dedito que yo no soy el árbitro"
La respuesta del club a todo lo sucedido fue 'cargarse' a Hierro y a Vicente Del Bosque. "Yo hice lo que tenía que hacer, defender a la familia", sentenció el futbolista años después sobre todo lo sucedido.
FIGO, UNA TRAICIÓN QUE ACABÓ EN HARTAZGO
Luis Figo no aguantó más y se marchó del Real Madrid en 2005. Fue, más que un portazo, un desgaste lento que acabó en ruptura total con Florentino Pérez. El portugués fue el primer gran fichaje de la era galáctica, el símbolo de poder de Florentino cuando lo arrebató al Futbol Club Barcelona en el año 2000. Pero cinco años después, aquel ídolo fue saliendo por la puerta de atrás, harto de sentirse apartado de un proyecto que ya no giraba en torno a él.
Figo se sintió especialmente traicionado cuando Florentino empezó a priorizar fichajes mediáticos sobre el equilibrio deportivo. La llegada de David Beckham en 2003 fue un punto de inflexión: su rol dejó de ser el de estrella indiscutible, y el presidente lo relegó a un segundo plano. Con el tiempo, las decisiones técnicas y la falta de respaldo institucional lo fueron empujando hacia la salida. La situación se hizo imposible de manejar tras ser suplente en el clásico de la segunda vuelta. El portugués fue suplente y los madridistas ganaron por 4-2, su historia de blanco se había terminado.
En 2005, con la relación completamente rota, el portugués abandonó el club rumbo al Inter de Milán. No hubo homenajes ni despedida. Su salida fue una de las primeras muestras claras del estilo de gestión de Florentino: los galácticos eran símbolos, no intocables.
EL ETERNO CAPITÁN, POR LA PUERTA DE ATRÁS
La historia de Iker Casillas es algo más dolorosa y polémica. El eterno capitán del Real Madrid, símbolo de una generación dorada y canterano desde los nueve años dejó el club en 2015, se marchó tras 25 años en la entidad en medio de tensiones con Florentino Pérez y una relación rota con buena parte de la afición. Lo que debía ser un adiós a la altura de una leyenda terminó siendo un episodio frío y con un fuerte impacto emocional en el madridismo.
Casillas había perdido peso en el equipo tras varios años marcados por las tensiones internas y su bajón de rendimiento. Los conflictos con José Mourinho en 2012 dejaron heridas profundas: una parte del club y de la grada empezó a cuestionar su figura, y Florentino nunca intervino para blindarle públicamente. Años después, pese a recuperar la titularidad, la relación con el presidente seguía deteriorada.
"Di una rueda de prensa en solitario:
error y me fui"
En julio de 2015, Casillas anunció su salida rumbo al FC Porto. Lo hizo en solitario, en una rueda de prensa sin directivos a su lado y con lágrimas en los ojos, una imagen que marcó a todos los madridistas. Solo tras la oleada de críticas, el club organizó un acto de homenaje improvisado al día siguiente, en el Bernabéu. Para muchos, fue un reconocimiento tardío e insuficiente para un mito que había levantado tres Champions y más de una decena de títulos con el Madrid.
Casillas se marchó sintiéndose poco protegido y dolido. Aquella despedida evidenció la frialdad con la que el presidente gestiona incluso a sus leyendas: cuando ya no encajan en su proyecto, ni la historia ni los sentimientos pesan más que la planificación.
NI CRISTIANO SE SALVÓ DEL PODER DE FLORENTINO
La salida de Cristiano Ronaldo en 2018 fue el desenlace de un pulso silencioso que llevaba meses cocinándose entre el portugués y Florentino Pérez. Después de conquistar la tercera Champions consecutiva, Cristiano sentía que había llegado el momento de ser reconocido no solo en los títulos, sino también en su contrato. Consideraba que, por rendimiento e impacto, merecía estar a la altura salarial de Lionel Messi o Neymar. Pero Florentino no estaba dispuesto a romper su estructura económica ni a convertirlo en una excepción.
El distanciamiento fue evidente en Kiev, cuando Cristiano soltó en directo un mensaje que resonó en todo el mundo: “Fue muy bonito estar en el Madrid”. Tras esa frase, el desenlace fue cuestión de semanas. La directiva había rebajado su cláusula de mil millones de euros a cien para facilitar una venta si llegaba una oferta convincente. Y así fue: la Juventus puso sobre la mesa esa cifra y Florentino aceptó sin titubeos.
No hubo homenaje en el Bernabéu, ni despedida multitudinaria. Florentino lo presentó como una salida “de mutuo acuerdo”, pero en realidad fue la consecuencia de una negociación fría en la que el club impuso su postura. Cristiano, máximo goleador histórico con 451 tantos, se marchó sintiéndose poco valorado. Y el Madrid perdió a su gran referente ofensivo tras casi una década de éxitos.
Aquella decisión marcaría un antes y un después. Si ni Cristiano pudo con las normas de Florentino, nadie podría. El club mantuvo su disciplina económica, pero deportivamente tardó en encontrar una figura que llenara el vacío que dejó del portugués. La historia de su salida fue un aviso para futuros jugadores: si ni Cristiano Ronaldo se salvó... no luches contra Florentino.
SERGIO RAMOS Y LA "OFERTA CADUCADA"
Con 671 partidos y goles importantísimos en la historia del Madrid, pocos podían esperar que la salida de Ramos se fuera a dar de la forma en la que se dio finalmente. El defensa terminaba contrato y el culebrón por su renovación estuvo vigente durante todos y cada uno de los meses de su última temporada.
El conjunto blanco le hizo una oferta de renovación, pero el jugador, en un primer momento, le dijo al club que planificará la siguiente temporada sin contar con él. El giro final llegó cuando Ramos finalmente decidió aceptar la oferta del equipo blanco. Fue en ese momento cuando Florentino le dejó claro que esa oferta ya había caducado, tal y como reveló el propio futbolista en su rueda de prensa de despedida.
"Las condiciones han ido variando por las dos partes. Llegados a ese punto había que tomar una decisión. Cuando acepté, me respondieron que la oferta había caducado"
Ramos se terminó marchando libre al PSG mientras el presidente del equipo blanco, que gestionó la situación con mano de hierro, se ahorró su alta ficha en un momento clave, teniendo en cuenta la disminución de ingresos que había supuesto el COVID. En este caso, el jugador creyó tener la sartén por el mango, cuando en realidad siempre la tuvo Florentino.
VINICIUS, ¿EL ÚLTIMO Y NUEVO CASO?
El brasileño se encuentra a día de hoy afrontando una situación delicada y de él depende en gran parte que no termine como otras historias de este mismo reportaje. Vinicius termina contrato en 2027 y su renovación está totalmente estancada. A pesar de que parecía que en un principio había acuerdo, por el momento las pretensiones del jugador y sus agentes no se ajustan a lo que está dispuesto a ofrecer el club.
El extremo aspira a estar en el mismo escalón salarial que Kylian Mbappé, el cual se ve muy beneficiado por la prima de fichaje que consiguió del club blanco tras llegar libre. Todo esto con Arabia Saudí muy pendiente de la situación, con la idea de hacer al brasileño de oro llevándole como estrella a su liga.
El estatus de Vinicius se ha visto relegado a un segundo plano debido a la llegada de Mbappé y su rendimiento, por lo que ha pedido poder de negociación. El brasileño tendrá que ceder en sus pretensiones si quiere seguir en el Madrid. De lo contrario, el club podría verse obligado a venderle el próximo verano para evitar una salida gratis. Si hay que elegir entre el brasileño y el francés, el conjunto blanco parece tenerlo muy claro.
