Historia SPORT

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'The Queue' o la cola interminable en Wimbledon

Esta es la cola que se forma a diario en los alrededores del All England Club

Esta es la cola que se forma a diario en los alrededores del All England Club / AFP.

David Boti

David Boti

Wimbledon es, sin duda, el torneo del circuito con las tradiciones más arraigadas. Y de largo. No hay nadie que se atreva a saltárselas. Vestir de blanco, comer fresas con nata, el parón en el 'middle Sunday' o las interminables colas que se forman jornada a jornada en los aledaños del All England Club para conseguir entradas diarias. Estas son solo algunas de las muchas costumbres que rodean al tercer 'grande' del año.

Esta famosa fila se forma a diario y desde primera hora del día, incluso, desde la tarde anterior. Algunos aficionados aguantan toda la noche  para no perder la oportunidad de disfrutar del mejor tenis del mundo. De hecho, en esta edición, la cola comenzó el pasado 29 de junio (tres días antes del inicio del torneo) cuando Darius Platt-Vowles, un aficionado inglés, llegó a Wimbledon Park tras pasar la noche en su coche.

La particularidad de esta cola es que la organización pone cada día a la venta 500 entradas para la pista central y las otras dos pistas principales a precio de coste. Con poco menos de 90 euros, este joven repartidor de pizzas admitió haber vivido un sueño al presenciar el debut de <strong>Roger Federer </strong>ante <strong>Dusan Lajovic</strong>. "Soy un gran seguidor de Roger. Es un sueño para mi", confesó. Eso sí, como buena tradición británica cuenta con sus estrictas reglas. Solo se vende un ticket por persona y los integrantes no se pueden ausentar más de 30 minutos. De lo contrario, pierden el turno.

Un fenómeno viral

Esta cola cuenta con hashtag propio (#TheQueue) y varias cuentas en las redes sociales para que los aficionados puedan conocer de primera mano la situación en tiempo real sobre las entradas para disfrutar de una sola jornada en la catedral del tenis. El propio Federer, vencedor en ocho ocasiones en Wimbledon, reconoció este jueves que siempre ha querido visitarla. "Siempre tengo este tipo de sueño. Me gustaría pasar por allí, hablar con estas personas y escuchar sus historias", admitió el suizo.

En pleno siglo XXI donde lo habitual es adquirir entradas de forma online para los eventos -aunque en Wimbledon es complicado ya que solo se venden en un único portal y se acaban rápidamente-, algunos británicos y aficionados a este deporte prefieren mantener sus tradiciones firmes y aguantar horas sin dormir entre sol y lluvia para ver a los mejores sobre la hierba londinense. No es una cola, es la cola. Digno de admirar.