Roglic, Froome y los Movistar, a por el rojo

Tiende a ser un tópico periodístico. Una frase recurrente que los ‘juntaletras’ usamos con asiduidad antes de un evento de gran magnitud. Ya sea el Festival de Benicàssim o La Vuelta, que es lo que nos incumbe en este artículo. Este año los organizadores de la ronda española contarán con un cartel de auténtico lujo. Bien sea por la pandemia y el calendario atípico o asqueados por el bajo rendimiento en el Tour, muchos corredores han puesto todos los huevos en la cesta de La Vuelta a España. 

El último en subirse al carro ha sido Primoz Roglic. El campeón de la pasada edición y segundo en París defenderá título en las carreteras de la piel de toro. Esta vez no estará su compatriota Tadej Pogacar para dejarle con la miel en los labios como sucedió en Francia, aunque el esloveno contará con un arsenal de competidores para revalidar el jersey rojo en las calles de Madrid. Roglic partirá en Irún el próximo martes escoltado por su guardia pretoriana, con Tom Dumoulin y Sepp Kuss dispuestos a endurecer el ritmo cuando el asfalto agarre pendiente. Eso sí, la estrategia conservadora de los neerlandeses exhibida en el Tour no debería repetirse. Luego pasa lo que pasa.

La ‘MVS’ de Movistar

Mas, Valverde y Soler son los elegidos por Eusebio Unzué para impedir un nuevo triunfo del balcánico. Del balcánico o de Chris Froome, que ya confirmó su participación hace meses. El británico, ganador en 2011 y 2017, acude con Carapaz como mano derecha. El ecuatoriano aún será el vigente campeón del Giro cuando La Vuelta eche a rodar. Pinot, Chaves, Gaudu, Caruso o Guillaume Martin podrían ser los teloneros que todo el mundo quiere escuchar. Cartel de quilates.