Rémi Cavagna, imperial en Toledo

Cavagna celebra el triunfo en las calles de Toledo

Cavagna celebra el triunfo en las calles de Toledo / AFP

Jonathan Moreno

Primoz Roglic salvó un día aparentemente 'tranquilo'. Sobre el papel, la etapa era de mera transición antes de la batalla final de mañana en la sierra abulense. Pero la carretera es caprichosa. Y una curva a derechas al paso por la localidad de Escalona deparó una montonera tremenda. Pavimento mojado por la lluvia. Primoz Roglic y Miguel Ángel López, al suelo. Movistar salvó la caída. Y Marc Soler preguntó por el pinganillo a José Luis Arrieta: "¿Qué hacemos?". Los telefónicos se pusieron a tirar. Decisión discutible. Hueco de un minuto de Valverde, Pogacar y Quintana respecto al líder de la general. Sin embargo, los comisarios decidieron no parar a los coches entre grupos, lo que benefició a los perseguidores, que se pusieron a su amparo para protegerse del viento. 

Soler y Valverde, siguiendo órdenes de su director, mandaron parar a Nelson Oliveira y José Joaquín Rojas. Emboscada abortada. No acabaron ahí las inquietudes para el portador de La Roja. Esta vez fue el viento el que le pilló pensando en las avutardas. La suerte del campeón le permitió conectar con sus adversarios kilómetros después.

Al margen de las hostilidades rodaban una decena de escapados. Rémi Cavagna dinamitó la fuga a falta de 25 kilómetros. Punto de locura del francés que se vació para paladear el triunfo a los pies del Alcázar de Toledo. Ni el adoquinado final frenó al galo. Cuarta victoria en esta Vuelta para el Deceuninck.