Ineos y nadie más

Adam Yates gana la Volta respaldado por sus compañeros Porte y Thomas, en un podio enteramente ocupado por el conjunto británico

El Movistar trató de sorprender en Barcelona para que Valverde, cuarto en la clasificación final, alcanzase el podio

Ineos en el podio de La Volta

Ineos en el podio de La Volta / AFP

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

Tan rápida se ha corrido esta Volta dominada por el equipo Ineos que los ciclistas tenían aparcados sus coches, fáciles de identificar por las matrículas andorranas y monegascas, junto a los autocares para partir enseguida a los lugares de residencia, casi sin tiempo de ver sobre el podio de Barcelona a tres corredores de un mismo equipo, Adam Yates, Richie Porte y Geraint Thomas como testimonio de la tiranía del conjunto británico al frente de la general.

No es habitual que tres ciclistas de un mismo equipo compartan el podio, tres corredores que no se han atacado, solo respetado según las posiciones conquistadas subiendo montañas en una Volta que ha terminado hoy en Barcelona, sin que Alejandro Valverde, cuarto de la general, pudiera alcanzar el cajón que anhelaba. Circunstancia agridulce, porque es gratificante ver a un ciclista de su estirpe pelear por los puestos de honor de una carrera como la Volta, a punto de cumplir los 41 años. Pero, a la vez, es un signo triste y preocupante porque evidencia el tremendo vacío que se ha creado tras él, sin corredores que ni siquiera pueden aspirar a un triunfo de etapa en la Volta. Él fue el que estuvo más cerca de conseguirlo. Siete etapas y siete victorias extranjeras, la última ayer, escenificada en la persona de Thomas de Gendt.

A 41,3 kilómetros por hora de promedio se ha disputado la carrera, una velocidad de vértigo, más propia de conseguirse en el Circuit de Catalunya, donde el sábado transitó el pelotón, que en una Volta con un dibujo montañoso, con dos finales de etapa, en la marca de los 2.000 metros y una jornada final, en Montjuïc, donde se subió seis veces la durísima rampa que conduce al castillo, con porcentajes que llegaban al 16 por ciento.

Fue allí donde el Movistar buscó sin éxito distanciar al menos a uno de los tres astros del Ineos; con uno bastaba para que Valverde se subiera al podio. ¿Pero qué podían hacer más allá de eliminar a sus gregarios? Y hasta dio la impresión que en el sexto y último ascenso, con Thomas maniobrando al frente del grupo, Valverde renunciaba, porque, de hecho, si ya has ganado tres veces esta carrera, si tienes casi 41 años, si has sido campeón del mundo, si eres un mito sobre la bici, qué más te da, si no vas a ganar, quedar cuarto que tercero.

Y es que el Ineos vino con su equipo de gala, seguramente con siete de los ocho corredores que participarán en el Tour, donde se permite inscribir a un ciclista más que en carreras de una semana como la Volta. Siete ciclistas (cinco residentes en Andorra y dos en Mónaco) capaces de subir un puerto como Port Ainé a casi 30 kilómetros por hora. ¿Quién se va a mover? Si ya resulta un milagro no descolgarse de un pelotón tirado por el conjunto británico.

Por eso, en Montjuïc, no había nada que hacer, por mucho que el Movistar situara a ciclistas por delante, como Sergio Samitier, que se exprimió como un limón, o hacer trabajar a Enric Mas, sin que se le cayeran los anillos, en favor de Valverde. ¡Era imposible! Yates, el ganador, el que erróneamente pasaba como el hermano más flojo, después de que su gemelo Simon ganase la Vuelta 2018 y casi estuviera a punto de llevarse el Giro, tiene un palmarés extraordinario. La Volta, conquistada ayer, se une a los triunfos en el Tour de los Emiratos, la Clásica de San Sebastián, etapas en Tirreno-Adriático y Dauphiné, más la clasificación de los jóvenes, cuando aún no había cumplido los 25 años, en una Grande Boucle en la que se ha vestido de amarillo, cuarto en 2016 y noveno el año pasado.

Pero es que el segundo de la general no era otro que Richie Porte, con dos París-Niza en el zurrón, una Vuelta a Suiza y la victoria absoluta en la Volta de 2015, sin olvidar la tercera plaza conseguida el año pasado en el Tour, el gran triunfo que atesora Geraint Thomas, el tercero en la clase final impartida en Barcelona.

Porte o Thomas, de haberse apuntado en solitario podían haber ganado la Volta, pero es que, además, disponían de gregarios como Richard Carapaz, con un Giro a la espalda, o Rohan Dennis, con dos títulos mundiales de contrarreloj. Así que apaga y vámonos. Por supuesto, ganaron la clasificación por equipos y porque no quisieron pelear por otros títulos.

Acabada la carrera cogieron los coches y se fueron hacia Andorra o Mónaco para reponer fuerzas y para seguir en unos días ganando allí donde Pogacar, Van Aert, Van der Poel, Alaphilippe y Roglic, ausentes de la Volta, se lo permitan.