El capitán de la normalidad

Manu Trigueros ha llamado la atención este verano por sus posados en vacaciones

El capitán de Villarreal promociona la normalidad a la par que muchos de sus compañeros de competición exhiben su bonanza económica en tiempos de crisis

Manu Trigueros, en la playa

Manu Trigueros, en la playa / Instagram

Carme Barceló

Carme Barceló

Dicen que no hay barco sin un futbolista a un metro. Es posible si nos regimos por los datos que a una le llegan desde Ibiza, donde prácticamente no queda un yate libre y varios de sus clientes son profesionales de este deporte.

Por ello ha llamado especialmente la atención el posado de Manu Trigueros en una playa popular con su sombrilla, su silla plegable, el carrito y los juguetes de su hija.

El capitán de Villarreal promociona la normalidad a la par que muchos de sus compañeros de competición -liguera e internacional, no olvidemos donde llegó el club levantino en la pasada Champions League- exhiben su bonanza económica en tiempos de crisis. Barcos, mansiones, joyas, almuerzos y cenas en restaurantes de lujo son ‘marca de la casa’ en futbolistas que deberían ser referentes para niños y jóvenes.

No hay necesidad de mostrar poderío en las redes sociales cuando su valor real está en el campo y algunos departamentos de comunicación de clubes de primer nivel así lo ha sugerido a sus asalariados. Pero solo pueden hacer eso: recomendar o sugerir.

Ayer conocíamos el valor de lo robado en el domicilio de Ronaldo Nazario en Ibiza. El brasileño alquiló a Verratti su villa en la isla pitiusa y esta semana le fueron sustraídas joyas y otros bienes por valor de tres millones de euros. El Diario de Ibiza informaba que la Policía Nacional había desarticulado una organización criminal itinerante dedicada al robo en chalets de lujo y allí encontraron muchas de las valiosas piezas robadas al futbolista italiano.

La exhibición constante de poderío económico trae como consecuencia este tipo de delitos pero, lo que es peor, que ello también sirva como modelo aspiracional irreal para muchos jóvenes.