Blanco: Del campo a la joyería

Blanco siempre tuvo dos pasiones: el fútbol y la joyería. Y a lo largo de su vida pudo dedicarse a ambas

Eusebio Blanco en su etapa como jugador del FC Barcelona

Eusebio Blanco en su etapa como jugador del FC Barcelona / sport

david salinas

Rescatamos en esta ocasión la figura de Eusebio Blanco Añaños, jugador del FC Barcelona entre 1917 y 1921. Fue un centrocampista de corte defensivo, luchador y comprometido. Barcelonista hasta la médula. Ganó dos campeonatos de Catalunya (1918-19 y 1919-20) y tuvo que buscarse la vida cuando llegó Josep Samitier, que pasó a formar línea en la zona ancha con los ya entonces pesos pesados e inamovibles Agustí Sancho y Ramón Torralba. El fútbol lo llevó hasta Lleida y allí, además de jugar y participar en la vida deportiva local, abrió una joyería de referencia.

Blanco nació en Barcelona el 17 de septiembre de 1896. Siempre le gustó el fútbol. Jugarlo y entenderlo. Su primer equipo fue el Internacional, en el que no tardó mucho en destacar. Se hacía ver. La colocación era uno de sus puntos fuertes. El FC España se fijó en Blanco y no dudó en convencerlo para que se uniera a su plantilla. Y en su primera temporada con el equipo rojo, que por aquel entonces vivía una época de esplendor, se proclamó campeón de Catalunya. Corría el curso 1916-17, que estuvo marcado por el ‘caso Garchitorena’, protagonizado por el FC Barcelona.

Le ofrecieron catorce duros

Recordaba Blanco cómo fue su traspaso al FC Barcelona después de proclamarse campeón con el FC España: “Hasta entonces no había cobrado nada por jugar y los directivos del Barça me ofrecieron catorce duros (70 pesetas) al mes. Era más del doble de lo que yo ganaba como joyero y eso me ayudó a convertirme en jugador del FC Barcelona”.

Debutó en partido oficial el 9 de diciembre de 1917 en un Barça-Sabadell (2-1) del Campeonato de Catalunya, pero solo jugó ese encuentro al tener el Barça a Torralba, Sancho y Rodríguez como tripleta consagrada en la medular. El título se lo acabó llevando el RCD Espanyol. En 1918 defendió por primera y única vez la camiseta de la selección catalana en un amistoso jugado en Burdeos contra el Girondins (1-2). Formó línea junto a Salvo y Sanahuja.

En la temporada siguiente, 1918-19, vivió sus mejores momentos como barcelonista. Lo jugó prácticamente todo. Ganó el Campeonato de Catalunya y fue finalista de Copa. El Barça cayó en la final del 18 de mayo de 1919 ante el Arenas (5-2) en la prórroga. Un partido que jugaron Bru; Reguera, Costa; Torralba, Sancho, Blanco; Viñals, Garchitorena, Martínez, Alcántara y Lakatos. El equipo de Greenwell fue una sombra en el tiempo extra y la prensa catalana cargó contra el equipo pero también contra el árbitro Ruete, “el de los clásicos amaños (...) atropella con su ignominiosa actuación al equipo representativo de Catalunya”.

Zamora Samitier habían desembarcado en el FC Barcelona en mayo de 1919 y fue Samitier, que empezó jugando de centrocampista, quien sacó del equipo titular a Blanco, que en la campaña 1919-20 solo jugó un partido oficial, el Espanyol-Barça (0-1) del Campeonato de Catalunya (18 de enero de 1920). Y fue el último... El trío Torralba, Sancho, Samitier lo jugó todo y lideró la sala de máquinas del FC Barcelona en el Campeonato de Catalunya y la Copa, que ganó al Athletic en Gijón (2-0) el 2 de mayo de 1920 con goles de Martínez y Alcántara.

Blanco pasó a tener un papel secundario. Aumentó su sueldo porque “a cada jugador que ganaba un campeonato de Catalunya le aumentaban hasta dos duros” pero solo intervenía en partidos amistosos y lo que él quería era sentirse importante. Y había demostrado que podía serlo.

Sin un papel relevante en el FC Barcelona, Blanco recordaba en una entrevista que “siendo jugador barcelonista el seleccionador nacional Paco Bru (estamos en 1920) me ofreció un puesto en el equipo nacional si fichaba por el Espanyol”. La pregunta no podía hacerse esperar: ¿Y usted qué hizo ante la suculenta oferta? –inquirió el periodista. “Seguir defendiendo los colores azulgrana con más entusiasmo que nunca”, dijo Blanco.

Pero Blanco regresó al FC España en 1921, donde jugó hasta 1923. Y de ahí, siempre compaginando el fútbol con su trabajo de joyero, al Martinenc, donde actuó otras dos temporadas (1923-25). Siendo jugador de este último equipo reforzó en algunos partidos al FC Lleida con el objetivo de ganar un dinero extra y, al mismo tiempo, enseñar sus conocimientos por aquellos lares.

En Lleida lo convencieron para que con otros ex barcelonistas, como Uriach o Espelta, siguiera jugando y transmitiendo su experiencia. Y se fue a la capital de la Terra Ferma a jugar y a entrenar a la Peña Salvat, cuyos miembros fundarían en 1923 el FC Lleida. “En aquellos tiempos me pagaron muy bien al darme 600 pesetas mensuales. Solo cobrábamos los jugadores que veníamos de fuera”, recordaba Blanco, para agregar que “me sobraba dinero pero yo no sabía estar inactivo y realicé algún que otro trabajo de joyería. Por cierto, que el primero que hice fue una insignia para Subias, un jugador leridano al que el club le hizo un homenaje”. Colgó las botas en el FC Lleida en 1927, pero nunca se desvinculó del fútbol ni del deporte.

Se casó en Lleida y allí fijó su residencia. Y abrió una joyería en la Plaza España que, con el paso del tiempo se convirtió en una de las más importantes de la ciudad. En diciembre de 1966 inauguró un nuevo establecimiento en la calle Mayor número 62 de línea modernista y, según la prensa de la época, “bellamente decorado por los señores Barberá y Niubó”.

Blanco, además de jugar y entrenar, participó de forma activa en la vida deportiva de la ciudad. Así, en 1926 fue vicepresidente segundo del Comité Provincial de Atletismo, órgano dependiente de la Federación Catalana de Atletismo, y en 1962 formó parte de la Gestora del Lleida junto a Jaime Carrió, José Masamunt, José Marqués y Miguel Santesmases tras el adiós del presidente Antonio Teixidó.

Eusebio Blanco murió en Lleida el 22 de abril de 1982 con 85 años. Nunca dejó de seguir la actualidad del FC Barcelona y cuando su actividad profesional se lo permitía era de los que no dudaban en desplazarse hasta el Camp Nou para presenciar un partido de su querido e idolatrado FC Barcelona.