Sandro revive su peor pesadilla

Sandro envió por encima del travesaño el penalti ante el Atleti

Sandro envió por encima del travesaño el penalti ante el Atleti / AFP

Jonathan Moreno

Si no quieres caldo, pues toma dos tazas. Hay fases de la vida en que las desgracias se empeñan en no venir solas. Momentos en que la desdicha azarosa se pone ‘juguetona’ y decide llamar asiduamente a tu puerta. Las personas tendemos a ensimismarnos en esas situaciones. Refugiarnos y buscar soporte emocional en nuestros allegados y especialistas en la materia. 

Los deportistas no son una excepción. No son de acero. Sufren como cada hijo de vecino. Es por eso que cuando Sandro Ramírez notó molestias en los isquiotibiales en el transcurso de un amistoso contra el Salamanca CF, uno de los herederos de la histórica UDS, no pudo más que dirigirse al banquillo y echarse las manos a la cara para ocultar su desolación.

El canterano culé no pudo completar la pachanga en los Anexos ante el cuadro charro y deberá ahora pasar las pertinentes evaluaciones médicas para saber cuánto tiempo deberá estar fuera de los terrenos de juego. Hay que recordar que el canario ya se perdió los encuentros ligueros de las jornadas 2 y 3 ante Madrid y Levante debido a unas molestias musculares.

Largo historial

No es la primera vez que Sandro tiene que parar por culpa de las lesiones. Desde que debutó como profesional en la temporada 2015 vistiendo la camiseta del Barcelona, el grancanario ha sufrido diez contratiempos que le han mantenido alejado 214 días del césped. O, lo que es lo mismo, 36 partidos. Prácticamente una temporada completa en el dique seco a lo largo de su trayectoria.

Dos años sin gol

A los problemas físicos del delantero hay que sumarle su escaso acierto a portería. Al margen de dos goles en pretemporada, Sandro todavía no ha gritado con la camiseta blanquivioleta lo que, sin duda, es una remora para un futbolista que vive con la portería ajena en la mente. El insular desperdició una inmejorable ocasión para soltar lastre la jornada pasada cuando dispuso de un penalti ante el Atlético de Madrid, cometido por Thomas sobre él mismo. El balón nunca llegó a besar la red. 

Esta mala dinámica se prolonga desde noviembre de 2017, última ocasión en la que el de Las Palmas batió a un portero rival. Fue en un partido de Europa League entre el Everton y el Atalanta, un gol que no sirvió de mucho ya que los ‘toffees’ acabaron palmando por un sonado 1-5 ante los de Bérgamo. 

A pesar de todos los infortunios, la afición continúa apoyando masivamente a Sandro Ramírez. El canario se ha ganado el cariño de la gente en Pucela y el José de Zorrilla le idolatra. En cuanto destape el tarro de los goles le elevarán a los altares.