El Valencia puede cambiar de dueño

El Valencia vuelve a estar en el ojo del huracán, de nuevo por culpa de la mala gestión deportiva unida a la complicada situación económica, con la incógnita también abierta del futuro del Nou Mestalla.  

La irregular trayectoria del equipo blanquinegro en LaLiga, en tierra de nadie aunque más cerca del descenso que de las plazas europeas, despierta la inquietud de una afición siempre crítica con la mala marcha deportiva e institucional, no exenta de polémica desde la llegada del magnate singapuriense Peter Lim en un ya lejano 2014.

Pese a que la voluntad del actual propietario parece ser la de seguir dirigiendo al Valencia, a tenor de las declaraciones contundentes de su presidente, Anil Murthy -”¿en venta el club? ¿Por qué? No, no está en venta”-, la aparición de dos grupos de empresarios valencianos en las últimas horas activa la posibilidad de un cambio de dueño en un futuro inmediato.

Incluso las palabras del presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, no cierran la opción de una operación de venta que no se descarta: “Esto es algo que deben decidir los gestores del Valencia y parece que no sea así, pero a veces la ficción supera la realidad”.

PROPUESTA DE 244 MILLONES

La oferta de un grupo de empresarios valencianos liderado por Eduard Navarro asciende a 244 millones de euros a partir de un fondo inversor norteamericano, equivalentes a los 90 iniciales de Lim, más los cien de la ampliación y los 54 de sus préstamos al club.

Un segundo grupo de empresarios con capital valenciano podría optar a su vez a la venta, al igual que el Príncipe de Johor, amigo personal de Lim, que no descarta entrar como gestor o accionista en plenas negociaciones también en este momento.

Por otra parte, el traslado del estadio del Valencia, del viejo solar de Mestalla al Nou Mestalla en la Avenida de las Cortes Catalanas, caduca el próximo 15 de mayo, por lo que el club che negocia con la Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia una modificación de la Actuación Territorial Estratégica (ATE), el plan que engloba la recalificación y venta del viejo y la construcción del nuevo, “virtualmente finiquitado o muerto” para la vicealcaldesa de Valencia, Sandra Gómez, quien también aseguró ayer que “hay fórmulas tanto jurídicas como de hechos para acabar el nuevo estadio”.