Giorgi tira la puerta del Valencia abajo

Giorgi Mamardashvili ha sido una de las grandes revelaciones de la Liga en estas primeras jornadas. El joven portero georgiano (20 años) llegó este verano al Valencia sin hacer ruido cedido por el mejor equipo de su país, el Dinamo Tbilisi. Y tres partidos le han bastado para meterse a la afición che y a su entrenador, José Bordalás, en el bolsillo.

"Me siento como en un cuento de hadas. Mi vida en Valencia es cada día mejor. La atmósfera en Mestalla es muy buena", confesó Mamardashvili desde la concentración de la selección georgiana tras la derrota de su equipo ante Kosovo, duelo en el que fue suplente. 

El cancerbero ha caído de pie en el club y en la ciudad. Llegó para ser tercer portero por detrás de Jasper Cillessen y Jaume Doménech, y un par de meses después, contra pronóstico, ya se ha asentado en la titularidad. Su bagaje hasta ahora son tres encuentros disputados (ante Getafe, Granada y Alavés) y sólo un gol encajado.

Algo especial ha debido de atisbar Bordalás en el chaval, que desde sus 1,99 metros de estatura ve el fútbol muy fácil. El tira y afloja entre el Valencia y Cillissen, quien no quiso abandonar la entidad este verano, puede que haya jugado en su beneficio. Pero nadie le ha regalado nada y ahí están sus paradas en este inicio liguero para demostrarlo.

Ahora, la principal preocupación del Valencia es cerrar cuanto antes su fichaje. Existe una opción de compra de 800.000 euros que los che pueden ejecutar antes del mes de enero. El problema es que se pactó con el futbolista una cláusula de rescisión de 15 'kilos' en el caso de que eso sucediera y ahora el club pretende elevar esa cantidad, un caramelito para los 'grandes' de Europa.