Gattuso, cien días de Liga, pendiente de mejorar y a la espera de fichajes

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Gennaro Gattuso, entrenador del Valencia

Gennaro Gattuso, entrenador del Valencia / Valentí Enrich

EFE

El técnico italiano del Valencia, Gennaro Gatusso, cumple este martes cien días desde que se sentó por primera vez en el banquillo en un encuentro oficial del Valencia, momento al que llega pendiente de que el equipo mejore las prestaciones ofrecidas hasta ahora y, sobre todo, de que lleguen refuerzos en el mercado invernal.

El 14 de agosto, el Valencia abrió la Liga en Mestalla con una victoria por 1-0 ante el recién ascendido Girona. Aquel partido se resolvió con un penalti transformado por Carlos Soler, hoy jugador del París Saint Germain, al borde del descanso.

El partido estuvo marcado por la tarjeta roja directa que vio el suizo Eray Cömert a los 51 minutos de juego, tras la que el equipo se centró en mantener en inferioridad la ventaja, algo que consiguió.

El Valencia es, cien días después, sensiblemente diferente al de aquella tarde de agosto, sin Soler, pero también sin el uruguayo Maxi Gómez. Además, no pudo jugar el sancionado José Gayà y el también uruguayo Edinson Cavani tampoco había llegado al Valencia.

Por el contrario, jugadores importantes para Gattuso como Mamardashvili, Thierry Correia, Cömert, Hugo Guillamón, Musah, Samu Lino o Sami Castillejo sí que jugaron en ese encuentro.

Más allá de lo ocurrido en aquel partido, en el balance del Valencia de Gattuso se equilibran los aspectos positivos y negativos de los primeros catorce partidos de temporada, que ofrecen una situación de completa igualdad.

Lo bueno se contrarresta con lo malo, hasta el punto de que el conjunto valenciano está a nivel clasificatorio en tierra de nadie, décimo con diecinueve puntos y con cinco victorias, otras tantas derrotas y cuatro empates. Solo el balance goleador (veintidós a favor y quince en contra), le resulta favorable.

Lo que le ha resultado ligeramente desfavorable ha sido la fortuna en momentos clave. Mientras la encontró en el gol de Cömert en Cornellá en la última jugada del empate a dos ante el Espanyol, no le sonrió con el penalti fallado en la prolongación del Sevilla-Valencia (1-1), ni en el tanto en contra en el 94 del Valencia-Barcelona (0-1)

Durante este periodo, la aportación principal de Gattuso al equipo ha sido la de implantación de un estilo de juego diferente al visto en Mestalla en la campaña anterior, con más posesión de balón, llegadas con un centro del campo que ha tratado de ser protagonista, aproximaciones por las bandas y, todo ello, sin descuidar la defensa.

Con un equipo joven y sin demasiada experiencia, el líder del equipo ha sido el propio técnico, un hombre vehemente, impulsivo y próximo, que ha pretendido proponer un fútbol elaborado, que ofrece espectáculo desde la banda y que ha conseguido implicar a sus jugadores para la causa.

A pesar de no dominar el castellano, siempre ha habido sustancia en sus ruedas de prensa, en la que no ha ocultado cómo convenció a Cavani para debutar a pesar de que el jugador tenía dudas sobre su estado de forma o ha explicado a la hora de elogiar a Toni Lato que sería el novio ideal para su hija.

Su discurso también ha pasado por el objetivo de los cuarenta puntos, aunque con la puntualización de que no los buscaba como reto principal de la temporada, sino para que, a partir de ese momento y sin la presión que supone pensar en la permanencia, los futbolistas jóvenes del Valencia pudieran centrarse en crecer y mejorar futbolísticamente.

Ahora, con más de un mes para el siguiente encuentro, su mente no piensa en otra cosa que en ver reforzado al equipo a principio de año. La semana pasada estuvo en Singapur para hablar con el máximo accionista del club, Peter Lim, con esa única intención: lograr que el Valencia incorpore efectivos. Sin mencionar a Europa, ahí está punto de mira.