Historia SPORT

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Andreescu, la nueva sensación en el tenis femenino

Andreescu posa con su primer trofeo de Grand Slam en Nueva York

Andreescu posa con su primer trofeo de Grand Slam en Nueva York / AFP.

David Boti

David Boti

El triunfo de <strong>Bianca Andreescu</strong> ante <strong>Serena Williams </strong>en el US Open a sus 19 años evidencia, una vez más, que el tenis femenino goza de los recambios generacionales necesarios para permitir que este deporte de la raqueta siga evolucionando y enganchado adeptos con el paso de los años a diferencia del circuito masculino. La canadiense se une a la lista que forman la japonesa Naomi Osaka (21) y la australiana ‘Ash’ Barty (23), vencedoras en Melbourne y París, dos de las otras tres grandes citas del calendario.

Su victoria final en el US Open no es fruto de la casualidad. Tampoco lo es el hecho de que se haya convertido en la primera tenista que gana el Major neoyorquino en su primera participación. Un cambio de ‘chip’ a tiempo, como el de los grandes campeones, le permitió abordar un nuevo horizonte y ella misma lo explicaba. “Nunca he estado tan serena como ahora o hace un año. De normal, era una jugadora que me desanimaba mucho, tenía pensamientos negativos en mente, destrozaba raquetas, me gritaba a mí misma durante los partidos, incluso en los entrenamientos. Hasta que un día descubrí que esa manera no funcionaba en absoluto para mi beneficio, así que comencé a buscar algunos consejos de otras personas. Ahí empecé a tener una visión positiva de todo y creo que me está ayudando mucho, incluso en las situaciones más difíciles. A estos niveles, todo el mundo sabe jugar muy bien a tenis, lo que separa a las mejores del resto es la mentalidad”, aseguraba.

El pasado año por estas fechas estaba fuera del 'top 200' mundial y en este 2019, antes de poner un pie en Nueva York, ya había dejado entrever un tenis de quilates. Solo las lesiones retrasaron su explosión definitiva. “Es un proceso de la vida. Nunca vas a tener altibajos todo el tiempo. Solo te queda seguir luchando por tus sueños y ser persistente y perseverante”. Y vaya si lo hizo. En enero perdió su primera final en Auckland. En marzo, Bianca sumó su primer título WTA en Indian Wells y, el pasado mes de agosto, en Toronto, logró el segundo.

REFERENTE EN SU PAÍS

Este éxito le convierte en la única menor de 20 años dentro de las 15 mejores raquetas del tenis femenino y, además, le coloca en la cuarta posición de la ‘Race’ a Shenzen, clasificación que define a las ocho tenistas con más puntos de este año 2019. No tiene billete asegurado todavía, pero lo tiene todo de cara. Además, desde ayer, se ganó el honor de ser una referente para el deporte en Canadá. Llegó donde no pudieron llegar sus compatriotas Eugénie Bouchard en 2014 (Wimbledon) y Milos Raonic en 2016 (Wimbledon), los dos únicos precedentes de jugadores canadienses en finales de Grand Slam en toda la Era Open. “Ha sido un objetivo para mí inspirar a mucha gente, especialmente, a deportistas canadienses. No solo esta victoria lo hará, sino lo que he conseguido en este último año. Lo he conseguido porque muchos deportistas de mi país me pavimentaron el camino cuando era una niña. Espero poder ser esa persona para ellos”, admitía una tenista que desborda una madurez impropia de su edad. Andreescu es la nueva estrella en el circuito de féminas.

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