Novak Djokovic y un 2020 de contrastes

Novak Djokovic nunca olvidará el US Open 2020. Y no precisamente por un grato recuerdo, a pesar de que el serbio ha coleccionado muchos momentos para sonreír en los tres entorchados que ha logrado en Flushing Meadows. Su descalificación por dar un pelotazo –involuntario, eso sí-, a una juez de línea le costó el adiós del torneo así como una importante multa económica. Es la última de las excentricidades que siempre han acompañado a ‘Nole’, indomable dentro y fuera de la pista.

No hay nada que reprocharle deportivamente hablando. Los números hablan por sí solos. 26 victorias en 26 partidos en 2020, tres títulos más en el saco y una capacidad envidiable para superar los malos tragos. Veremos si también muestra esa fortaleza mental después de la mala imagen dada en Nueva York. Porque tal y como dijo McEnroe, “esta es una mancha que no podrá borrar”. No es, por eso, su primera polémica este año. 

Declarado antivacunas

Algo de lo que nunca se ha escondido Novak es de su negativa a las vacunas. Su comportamiento con todo lo que ha rodeado la pandemia de coronavirus ha estado en tela de juicio por sus controvertidas opiniones y acciones. “Me opongo y no quisiera ser obligado a vacunarme para poder viajar. Si es así, tendré que tomar una decisión”, dijo en abril cuando el futuro del calendario tenístico era una incógnita.

Dos meses más tarde, cuando parecía que podía haber una tregua, el serbio fue por libre y organizó un torneo de exhibición que contó con la presencia de público sin medidas de seguridad así como una fiesta como acto de clausura. El resultado, barra libre de contagios. El propio Djokovic y su mujer también. Se disculpó por los hechos, pero el daño estaba hecho. Como en el US Open. “Triste y vacío” reconocía sentirse tras la acción del pelotazo. Un perdón esperado pero que no le exime de culpa.

Fue una salida de tono que llegó poco después de montar la Asociación de Jugadores Profesionales de Tenis (PTPA). una organización paralela a la ATP y que no sentó bien a jugadores ilustres como Rafa Nadal y Roger Federer, que recordaron que es momento de “estar unidos”.

La jueza, acosada

La parte negativa de esta historia es el acoso desmesurado que Laura Clark está sufriendo. La jueza de línea ha tenido que cerrar su cuenta de Instagram ante las amenazas de muerte, entre las que le decían que “pronto se reuniría con su hijo”, que falleció con 25 años en 2008 en un accidente de bicicleta. “Gracias a todos por los mensajes positivos. Recordad que la persona golpeada necesita vuestro apoyo también. Ella no hizo nada malo. Os pido que la apoyéis”’, escribió Novak en sus redes para defenderla.