Stephens: "Debería retirarme nunca superaré esto"

La joven estadounidense atropelló a su amiga, en apenas una hora, por 6-3 y 6-0

Sloane Stephens, ganadora del US Open

Sloane Stephens, ganadora del US Open / sport

EFE

Stephens (83ª WTA) logró su primer título de Grand Slam al derrotar a su compatriota Madison Keys por 6-3, 6-0, y los 3,7 millones de dólares con los que está dotado el premio por su victoria en el último grande del año, primera final entre estadounidenses desde 1998. "Debería retirarme ahora", dijo Stephens. "Nunca podré superar esto, hablar de un regreso, las cosas solo tienen que unirse y las últimas seis semanas fueron realmente grandiosas", añadió.

Originaria de Florida, regresó en julio tras 11 meses alejada del tenis a causa de una fractura por estrés en el pie, que le hizo caer al lugar 957 del ránking mundial. La nueva campeona, de 24 años, es apenas la segunda mujer no sembrada que gana el US Open, desde que la belga Kim Clijsters lo hizo al regresar de un retiro y ganar el trofeo en 2009. "Es increíble. Me operaron el 23 de enero. Si me dijeran entonces que ganaría el Abierto de Estados Unidos diría que es imposible, absolutamente imposible", explicó. 

"Este viaje ha sido increíble y honestamente no lo cambiaría por nada del mundo", reconoció la estadounidense, que concretó su triunfo en 61 minutos, con un tenis preciso de sólo 6 errores no forzados y la mayoría de sus tiros ganadores por las líneas.  Evidentemente no jugué mi mejor tenis, pero al menos perdí frente a mi mejor amiga", declaró por su parte Keys, que también se recuperó camino a este torneo tras ser operada dos veces en una muñeca en 2017.

Al terminar el partido, ambas jugadoras se abrazaron red de por medio, y fue Stephens la que consoló a una llorosa Keys, aunque más tarde se las vio riendo juntas mientras esperaban el inicio de la entrega de premios. "Maddie es mi mejor amiga en el circuito", explicó Stephens. "Le dije que deseaba que hubiera habido un empate, voy a apoyarla sin importar lo que pase y ella me va a apoyar, pase lo que pase".

Ni Keys (22 años) ni Stephens habían alcanzado una final de Grand Slam, siendo sólo la séptima vez en la Era Open (desde 1967) que dos debutantes disputaban la final de un grande.