Vuelven los adoquines y Alpe d'Huez en el Tour 2022

La próxima edición arrancará en Dinamarca y pasará por otros tres paises

Los clásicos pirenaicos Peyregudes y Hautacam también estarán en la carrera

El director del Tour, Christian Prudhomme, entregando un maillot al Principe Federico de Dinamarca

El director del Tour, Christian Prudhomme, entregando un maillot al Principe Federico de Dinamarca / AFP

SPORT.es

El viento, los adoquines, el retorno del col de Granon y del Alpe d'Huez y los clásicos pirenaicos Peyregudes y Hautacam estarán en el menú de la próxima edición del Tour de Francia, que comenzará el 1 de julio de 2022 en Copenhague y cuyo recorrido fue anunciado este jueves.

La edición más septentrional de la carrera, que en 2023 celebrará los 120 años con un inicio en Bilbao, atravesará el año próximo cuatro cordilleras, Vogos, Alpes, macizo Central y Pirineos, y cuatro países, Dinamarca, Francia, Bélgica y Suiza. Seis etapas llanas, siete accidentadas y seis de alta montaña, con cinco finales en alto, dos contrarreloj individuales conforman un recorrido de más de 3.200 kilómetros que culmina el 24 de julio con el tradicional paseo por los Campos Elíseos de París.

El pelotón ascenderá menos puertos que en la pasada edición, que acabó con victoria del esloveno Tadej Pogacar, pero tendrá más llegadas en alto, 5 y un kilometraje similar en la lucha contra el crono.

El viento y los adoquines serán los jueces de la primera semana, que se termina con el ascenso a La Planche des Belles Filles, primera llegada de montaña. La segunda, que se desarrollará en parte en Suiza, estará marcada los Alpes, que cuentan con dos momentos clave, el retorno al Col de Granon, ascendido solo en 1986 y que promete ser una de las sensaciones de la edición, la víspera de la llegada al Alpe d'Huez, tras cuatro años de ausencia.

Vuelve el mítico Alpe d'Huez

Nunca, desde los años 70 las 21 curvas de la más popular de las subidas del Tour había estado tantos años ausente del recorrido, por lo que los organizadores han decidido regresar y hacerlo un 14 de julio, día de la fiesta nacional francesa.

El Tour pondrá rumbo al sur, donde la tercera semana, tras una travesía por el macizo Central, desembocarán en los Pirineos, con dos llegadas en alto, en Peyragudes y en Hautacam. Todo quedará pendiente de la última contrarreloj, 40 kilómetros accidentados con final en el santuario de Rocamadour.

"Es un Tour que cuenta con muchas trampas. Hay muchos lugares donde puede perderse y, evidentemente, habrá que ir a ganarlo a la montaña", aseguró el director de la prueba Christian Prudhomme.

La carrera comenzará con 11 kilómetros contra el crono por las calles de Copenhague un viernes, algo excepcional para permitir un día de traslado hasta Francia. Tras el traslado hasta Francia, el viento será de nuevo clave en la cuarta etapa, que discurre en parte frente al Canal de la Mancha, antes de que los adoquines hagan acto de presencia en la quinta. Se trata de 19 kilómetros repartidos en 11 sectores adoquinados, cinco de ellos inéditos, que darán emoción a la etapa entre Lille y Arenberg.

Prudhomme: "Tenemos a los Federer, Nadal y Djokovic del ciclismo"

La organización ha querido también buscar finales accidentados, propicios para corredores potentes y valientes, como el holandés Mathieu van der Poel, el belga Wout van Aert y el francés Julien Alaphilippe, ganador de los dos últimos Mundiales, que marcaron en buena medida la pasada edición. "Tenemos a los Federer, Nadal y Djokovic del ciclismo, hay que aprovecharlo", dijo Prudhomme, que señaló cuatro etapas buenas para su perfil, la sexta con final en Lowny, la octava en Lausana, la décima en Megève y la decimocuarta en Mende.

El Alpe d'Huez, que se ascenderá tras el Galibier, por segunda vez, y la Croix de Fer, será otro punto importante, al igual las dos llegadas en alto en Pirineos, Peyregudes, tras el Aspin, Ancizan y al Louron, y Hautacam, después del Aubisque y del inédito Spandelles.