El Tour en los ojos de un debutante

Albert Torres, es el primer menorquín que corre la ronda francesa por lo que su estreno en la contrarreloj de este viernes en Copenhague será algo muy especial

Cuando afronte la contrarreloj por las calles de Copenhague sé que debo ser consciente de lo que ha costado llegar hasta aquí", explicó

Alberto Torres, en una imagen de archivo

Alberto Torres, en una imagen de archivo / @alberttorresb

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

Todo es nuevo para él. "Fue una maravilla ver a tanta y tanta gente en la presentación de equipos porque me acordaba que no hace mucho todavía estábamos confinados e íbamos a las carreras sin público". Albert Torres tiene 32 años y no es ni mucho menos un novato en el arte del ciclismo; más bien todo lo contrario y uno de los grandes astros de la pista, seguidor de los pasos de Joan Llaneras, balear, de 'ses Illes', como él, el primer menorquín que corre el Tour.

Estaba en la lista del Movistar, pero en la reserva, como el futbolista que desde el banquillo espera la oportunidad del entrenador para marcar el tanto de la victoria. Ya había corrido el Giro, pero esto es diferente. "Es la carrera que seguía desde pequeño". Es el Tour que siempre lo cautivó y cuyo debut hará este viernes realidad en los 13,2 kilómetros de la contrarreloj inaugural donde parece que solo hay un candidato al triunfo, Filippo Ganna, el italiano volador, el mejor contrarrelojista de la actualidad.

Albert Torres, de Ciutadella, aunque residente en Palma, porque ahí está el velódromo y porque también es la tierra de su mujer, lo contemplan seis medallas, una de ellas de oro, en mundiales de pista, y otros seis metales, de los que cinco son también de oro, en europeos de la especialidad. "Es la pista, precisamente -cuenta- lo que hace que yo tenga mucha habilidad para moverme en el pelotón y para saber colocar a mi líder en el lugar idóneo en los momentos complicados de una etapa". Por eso, y para que se convierta en una especie de ángel de la guarda de Enric Mas, para empezar en la etapa de mañana a través del puente del Gran Belt y el miércoles sobre los adoquines del 'Infierno del Norte', está en el Tour. "Somos dos ciclistas de 'ses illes' y para mí es especial poder trabajar para Enric. Lo sigo desde pequeño y hay que ver lo rápido que creció como ciclista".

"Vas quemando etapas y sabes que llegar hasta el Tour no ha sido un camino fácil. Cuando afronte la contrarreloj por las calles de Copenhague sé que debo ser consciente de lo que ha costado llegar hasta aquí". Ahora le quedan tres semanas para disfrutar (y sufrir) por las carreteras del Tour.