Con Jure Pavlic comenzó todo

En 1991 un gregario de Chiappucci se convirtió en el primer ciclista de la Eslovenia actual que participó en el Tour

Dos años antes había debutado en la carrera como yugoslavo, país al que representó en los Juegos de 1984

Tadej Pogacar, líder del Tour

Tadej Pogacar, líder del Tour / AFP

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

Eslovenia andaba revuelta el 6 de julio de 1991 cuando comenzó en Lyon el primero de los cinco Tours conquistados por Miguel Induráin. Los ojos del mundo ciclista ya tenían al corredor navarro, tras su buen quehacer en la ronda francesa de 1990, como uno de los favoritos a la victoria en una Grande Boucle donde Greg Lemond defendía título y Pedro Delgado ostentaba de inicio el grado de jefe de filas del Banesto.

Entre los ciclistas llamados a pelear por la victoria figuraba Claudio Chiappucci, al que llamaban ‘El Diablo’, y que se apuntó a la carrera como líder del conjunto italiano del Carrera. Uno de los gregarios que lo ayudó a convertirse en el mejor rival de Induráin en 1991 fue un desconocido Jure Pavlic, que tuvo el honor de convertirse en el primer representante de la Eslovenia actual que participó en la ronda francesa. Faltaban siete años para que naciera Tadej Pogacar y Primoz Roglic era un bebé de año y medio.

Eslovenia proclamó la independencia de una Yugoslavia que empezaba a romperse por todos lados el 25 de junio de 1991 lo que desencadenó un conflicto bélico que se conoció como la Guerra de los Diez Días, que finalizó dos días después de comenzar el Tour.

Pavlic compitió los primeros años como ciclista yugoslavo. Había nacido en Liubliana, la futura capital de Eslovenia, en 1963. Fue seleccionado por Yugoslavia para participar en los Juegos Olímpicos de 1984, a pesar del boicot de la Unión Soviética. Allí coincidió con Induráin, que se retiró de la carrera que Pavlic acabó en la posición número 42.

Como el ciclismo no estaba reconocido como deporte profesional en Yugoslavia se pasó la mayor parte de su carrera compitiendo como aficionado. En esa época su mayor logro fue ganar consecutivamente la Vuelta a Yugoslavia en 1985 y 1986.

Sus logros no pasaron desapercibidos para el Carrera, una de las escuadras potentes de la época que lo inscribió en el Giro de 1989, que ganó Laurent Fignon, al que acompañó en el podio final de Florencia ya que se proclamó ganador del Intergiro, una clasificación estrenada precisamente ese año y que se mantuvo hasta 2006. Premiaba al mejor corredor que pasaba por una especie de meta volante que se colocaba a mitad de las etapas. Su debut en el Tour se produjo en 1989, aunque todavía como yugoslavo. Acabó el 74º. Ya como esloveno terminó el Tour de 1991 el 134 de la clasificación a 2 horas y 26 minutos de Induráin.