Solo gana Eslovenia

Quinto triunfo del pequeño país europeo gracias a Matej Mohoric, que sumó su segunda victoria en el Tour a las que se añaden las tres logradas por Tadej Pogacar

Jornada tranquila pero muy rápida puesto que el vencedor llegó a Libourne con un cuarto de hora de adelanto antes de la contrarreloj final de la carrera

Mohoric, en el podio de la decimonovena etapa

Mohoric, en el podio de la decimonovena etapa / EFE

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

Tenía prisa el Tour por llegar a Libourne, a las afueras de Burdeos, a través de una ruta casi siempre rodeada por viñedos. Y eso que la mitad de la caravana de la carrera, que había dormido en Lourdes, el resto, con los corredores, lo hizo en Pau, se encontró con la carretera tomada por la policía de buena mañana. Emmanuel Macron se había quedado en los Pirineos tras seguir el jueves la etapa que acabó en Luz Ardiden para convertirse hoyen el primer presidente de la república francesa que visitaba la famosa gruta de las apariciones. 

Pasó Macron por la carretera y lo hizo tan rápido que los ciclistas quisieron presentarse en Libourne con un cuarto de hora de adelanto. Ahora ya no ocurre como en 1971 cuando Eddy Merckx, enrabietado, quiso dejar a Luis Ocaña fuera de combate, antes de la caída de Menté, y corrió tan deprisa hasta el puerto de Marsella que cuando llegó el alcalde todavía estaba en su despacho. El hombre se perdió la fiesta pero su cabreo ya forma parte de la leyenda de la carrera.

Como en la leyenda del Tour quiere entrar el ciclismo esloveno. Llevan cinco victorias, que mañana pueden ser seis si Tadej Pogacar gana la contrarreloj final, que lo tiene como favorito. Cinco victorias han logrado, tres con el jersey amarillo y dos con el campeón esloveno, con Matjej Mohoric, quien se presentó en solitario en la meta de la antepenúltima etapa, feliz por su triunfo como el más listo y fuerte de la fuga, pero haciendo el gesto como si colocase una cremallera en la boca, para acallar los comentarios suscitados en el Tour después de que agentes de paisano de la Gendarmería registrasen en Pau las habitaciones de su equipo.

Eslovenia es el país que más triunfos ha logrado en lo que va de Tour para demostrar que son una potencia, mientras que el ciclismo español volverá a mantener el casillero de etapas en blanco por tercer año consecutivo. Hoy será imposible sumar un triunfo en la contrarreloj con algún corredor nacido al sur de los Pirineos y mañana, en París, solo se espera a Mark Cavendish, el mismo que se abrazó afectuosamente tanto en la salida como en la llegada con Merckx para que bata, precisamente, el registro de las 34 etapas ganadas por el ‘Caníbal’.

Pero lo que resultó chocante es que cuando se formó la fuga decisiva, en la que sí entró Ion Izagirre, los tres representantes del Movistar (Alejandro Valverde, Iván García Cortina y Jorge Arcas) de repente se cortaron y levantaron el pie para dejarse capturar por el pelotón. Y así, evidentemente, una victoria de etapa todavía se complica mucho más.

Y es que tampoco Enric Mas, en un día sosegado en el pelotón, necesitaba a los cinco corredores que le acompañan en el Tour, pues ayer, al abandono inicial de Marc Soler, se sumó el de Superman López, quien ha rodado como alma en pena después de caerse en la tercera etapa.

Hasta Pogacar quiso imponer el ordeno y mando porque soy el jersey amarillo cuando el pelotón se rearmaba en el kilómetro tres después de una caída masiva. El líder salió como si fuese a efectuar un demarraje marca de la casa para abroncar a Michal Kwiatkowski  (Ineos) y a Toms Skujins (Trek) que querían aprovechar la situación para tratar de buscar una fuga. A Pogacar no le gustó la acción y ejerció de patrón del Tour. Y solo tiene 22 años.