Enric Mas se cita con la historia en el Tour

"Si estoy aquí es porque quiero estar en el podio", asegura el ciclista mallorquín en Copenhague

"A nivel de confianza y de forma tengo un 10 sobre un 10", afirma el líder del conjunto Movistar

Enric Mas, con buenas sensaciones

Enric Mas, con buenas sensaciones / @Movistar_Team

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

Enric Mas es el ciclista a seguir. Es el corredor español con opciones a la clasificación general. Es el escalador del que se espera un ataque tanto como que baje el precio de la gasolina. Y es, sobre todo, el líder del Movistar, el equipo que representa la historia, porque solo hay una escuadra ciclista en el mundo mundial que ha disputado de forma consecutiva los últimos 40 Tours de Francia. Antes, Reynolds, después Banesto y ahora con las siglas de la compañía telefónica.

En 1983, de la mano de José Miguel Echávarri y ayudado por un joven Eusebio Unzué, hoy el jefe del equipo, debutó el Reynolds en el Tour. Solo de escribir los nombres de aquellos corredores pioneros se pone la piel de gallina; entre otros, Ángel Arroyo, Pedro Delgado, José Luis Laguía, Julián Gorospe

Nueve españoles

Hoy, solo nueve españoles están en el Tour y cinco de ellos han llegado a Copenhague vestidos con el ‘maillot’ azul del Movistar para ayudar a un chico espigado, delgado, que habla mallorquín y castellano, y que vive en Andorra, a cumplir sus retos de aquí a París, con puentes, adoquines, colinas, montañas y contrarrelojes por el camino. Y si se observa lo qué dice y cómo lo dice enseguida se deduce que Enric está más convencido de sí mismo que hace un año, cuando acabó el Tour en quinta posición, cuando hizo segundo en la Vuelta y cuando, guste o no, estuvo todos los días en el pelotón de los buenos, respirando el mismo oxígeno que Tadej Pogacar, oliendo su sudor y escuchando sus jadeos.

“No voy a arrancar en la montaña porque lo pida la afición desde el sofá. Y tampoco seré el primero en atacar. Pero si estoy aquí es porque quiero estar en el podio. Y uno del podio es el que viste de amarillo”, palabra de Mas, testimonio del ciclista que ha heredado el ‘maillot’ que un día pasearon por el Tour Perico y Miguel Induráin y que llevó también Óscar Pereiro, cuando ganó la ronda francesa contra viento y marea en 2006.

Si se mira a Mas, si se le escucha -conociéndolo y habiéndolo seguido desde su etapa juvenil-, pronto se observa que a los 27 años ya es un corredor maduro, que no ha crecido con la rapidez que lo ha hecho Tadej Pogacar, pero que se siente amado y respetado en su equipo. Y, por lo tanto este año es el que por primera vez, y sin la compañía del ausente Alejandro Valverde, acude a la Grande Boucle como único líder del Movistar.

Etapas que ilusionan

“A nivel de confianza tengo un 10 sobre un 10 y también de forma, un 10 sobre 10, que espero aguantar de aquí a París”. Lleva a siete corredores para protegerlo, por ejemplo el sábado del viento racheado que habrá en los 18 kilómetros de recorrido sobre el puente danés del Gran Belt, y para evitar cualquier sobresalto en los adoquines de la París-Roubaix, el próximo miércoles, “una etapa que me ilusiona, que ha hecho tres veces porque es ir sobre los adoquines que veía desde niño, que me motiva y donde creo que estaré muy bien”. Si algo ha transmitido Enric este jueves desde el hotel del Movistar en Copenhague es confianza y seguridad en sí mismo.

Y lo ha hecho, sobre todo, en un año muy complicado para él perseguido por la mala suerte. Se cayó en la Tirreno-Adriático y en la Itzulia cuando luchaba por el podio y también se fue al suelo en el Critérium del Dauphiné. “Una caída que fue más dura de lo que en principio pensé, que me privó luego de algún entrenamiento de calidad pero que afortunadamente está totalmente superada”.

Mas ha trabajado en los descensos, más rápidos que nunca con los frenos de disco, más velocidad, más seguridad pero a la vez algunos temores. Y lo ha hecho con ayuda del especialista catalán de bicicleta de montaña, Óscar Saiz, y de su psicólogo personal. “Con el psicólogo hablo a diario y lo haré durante el Tour, porque hay días que te levantas eufórico y él te aconseja que bajes esta euforia, al igual que te anima por si no has dormido bien, te duele el estómago o te has caído. De las sensaciones que voy a tener a lo largo de tres semanas podría coger una libreta, apuntarlas y saldrían un millón de cosas”.

El Tour empieza este viernes con una contrarreloj por las calles de una ciudad llamada Copenhague entregada a la carrera y con un Enric Mas pletórico en confianza y listo para el objetivo del podio de los Campos Elíseos con el permiso de Eslovenia y de los elementos que provocan los dioses del ciclismo.