Con las baterías cargadas para afrontar los Alpes

La serpiente multicolor subirá el jueves el mítico Alpe d'Huez

La serpiente multicolor subirá el jueves el mítico Alpe d'Huez / AFP

Jonathan Moreno

Bendito lunes de descanso para el pelotón. <strong>Después de la épica batalla vivida el domingo camino de Roubaix</strong>, donde quien más y quien menos acabó con alguna magulladura, los ciclistas han vivido hoy una merecida jornada de asueto en la bucólica Annecy.

En la Alta Saboya, al pie del lago que da nombre a la localidad, los corredores aprovecharon el bello paraje alpino para recargar pilas de cara a los primeros repechos serios de la presente edición del Tour de Francia. La jornada de descanso sirvió para que los diferentes equipos hicieran tiradas cortas para mantener la tensión muscular, pero, especialmente, para recuperarse de la fatiga acumulada en la primera semana de competición. Y es que la carretera empieza a picar hacia arriba.

De martes hasta el jueves, la serpiente multicolor recorrerá 442,5 kilómetros en la cordillera de los Alpes, donde podrían empezar a marcarse las primeras diferencias en la clasificación general.

Toma de contacto

En la jornada de mañana martes, la décima de competición, los corredores partirán de Annecy y afrontarán un exigente perfil de etapa, con la ascensión a Plateau de Glières como puerto de categoría especial y plato fuerte. El pelotón también subirá tres puertos de montaña, con el mítico Colombière a aproximadamente 15 kilómetros de un final en llano.

El miércoles la jornada será corta en distancia pero intensa en esfuerzo y emociones. 108,5 kilómetros de recorrido con dos cimas fuera de categoría y una llegada en alto a La Rosière. Una puntilla final para aquellos corredores que vayan con las fuerzas justas, puesto que es una ascensión prolongada, de 17,6 kilómetros, con una pendiente media al 5,8% de desnivel. 

Los tres magníficos

El colofón final al periplo alpino se vivirá en la jornada del jueves. No apta para melancólicos. El pelotón ascenderá a cumbres míticas que forman parte del imaginario del aficionado al ciclismo.

Madeleine, Croix de Fer y llegada en alto al Alpe d’Huez, coloso entre colosos. 21 curvas de herradura, 13,1 kilómetros de ascensión con una pendiente media del 8,2 % y 11,5% de máxima. Las primeras rampas, nada más salir de la localidad de Bourg-d’Oisans, son las más exigentes y servirán ya de cedazo entre los favoritos.

Thibaut Pinot, en 2015, fue el último ciclista en alzar los brazos en la meta de la estación de esquí. Tres corredores españoles han inscrito su nombre en Alpe d’Huez. Carlos Sastre, Iban Mayo y Fede Etxabe forman parte de la historia. El malogrado Marco Pantani, ganador en dos ocasiones, ostenta el récord de ascensión más rápida con 36’40’’, a una media de 22,58 kilómetros por hora.