Etapa de 'no agresión' en el Día Nacional de Francia

Como el famoso capítulo de la mosca en Breaking Bad, ese día que igual llega y nada de la historia principal se trastoca, así fue la novena etapa del Tour de Francia 2019. El recorrido entre Saint-Étienne y Brioude fue conquistado en primer lugar por Daryl Impey, el sudafricano que casi se tira de la bicicleta en lágrimas tras cruzar meta venciendo a Benoot. Pero esa fue, quizá, la única emoción del día, a pesar de ser un especial 14 de julio.

Para el pelotón, que ya había hecho un esfuerzo bastante importante en la etapa que arribaba ayer al Geoffroy-Guichard, resultó ser un día de siestas. No en vano esta fue la etapa en la que los perseguidores sumaron sus mayores distancias con respecto al grupo del líder. En carrera osciló los 15 minutos y en meta, finalmente, fueron 16'24'' los que separaron a Impey del lote que desfiló como por los Campos Elíseos en el último día.

Sin nada interesante que contar por la genetral, Julian Alaphilippe mantuvo un día más su 'maillot' amarillo en la jornada de fiesta nacional. El ciclista de Deceuninck-Quick Step vivió en Brioude hoy una jornada especialísima vistiendo el maillot amarillo un 14 de julio. Solamente 21 franceses habían hecho lo mismo antes que él (el último Tony Gallopin en 2014). La Marsellesa retumbó y al bueno de Julian también se le escaparon algunas lágrimas.

Con respecto a la etapa de mañana, es difícil de predecir cómo se resolverá. Los 217,5 kilómetros entre Saint-Flour y Albi ofrecen terreno para preparar escapadas, pero también para que los equipos de "sprinters" preparen una llegada colectiva. Sagan y compañía descansaron hoy... quizá mañana den el zarpazo en el pavimento de Albi.