Tsitsipas, la esperanza griega

Tsitsipas está viviendo una semana de ensueño en Barcelona

Tsitsipas está viviendo una semana de ensueño en Barcelona / AFP.

En un país como Grecia en el que no es nada habitual ver proliferar tenistas masculinos -solamente hay dos griegos entre los 1.000 primeros del ranking ATP-, Stefanos Tsitsipas está empezando a marcar una época. A sus 19 años, este joven de padre griego y madre rusa que entrena en la Academia Mouratoglou situada en la pequeña localidad de Biot (Francia), está empezando a asomar la cabeza dentro de la élite del tenis mundial. 

Dominic Thiem, Pablo CarreñoAlbert RamosDiego Schwartzman Corentin Moutet ya forman parte de su lista de 'víctimas' en el RCT Barcelona. Esta semana ha ganado más partidos sobre tierra batida (5) en el ATP World Tour que en toda su carrera (1). Atesora un tenis de quilates, especialmente, con su golpe de derecha y su servicio -llega a los 220 km/h-  y se ha ganado a pulso ser uno de los referentes de la ‘NextGen’. Entrena junto a otro de los grandes nombres de futuro, Thanasi Kokkinakis, aunque este, a pesar de tener ascendencia griega, decidió jugar por Australia y no por el país europeo. 

Tsitsipas es capaz de hablar fluidamente griego, inglés y ruso y es un amante de los videojuegos. De no ser tenista, ‘Stef’, como le llaman sus amigos, admite que sería futbolista. Su ídolo de la infancia es Roger Federer, al que se podría enfrentar esta misma temporada. En la Ciudad Condal no ha cedido un solo set en los cinco partidos que ha disputado y se ha convertido en el primer tenista griego que pisa una final tras 45 años (el último fue Nicholas Kalogeropoulos en 1973 en  en Des Moines).

Tiene todavía mucho camino por recorrer, pero promete ser uno de los próximos candidatos al número uno en un futuro no muy lejano. Esta final de un ATP 500 es el mejor resultado de su corta carrera superando los cuartos de final que logró en Doha y Dubái y le situará, como mínimo, entre las 50 mejores raquetas del planeta desde el próximo lunes. El objetivo de Stefanos esta temporada, además de asentarse en el ‘top 50’, es llegar, al menos, a una tercera ronda de uno de los tres Grand Slams que todavía quedan por disputar. 

en 2015 cambió su vida

En una reciente entrevista con la ATP, Tsitsipas narró un hecho que le hizo volver a nacer en 2015.  Estaba disputando un Futures en la isla de Creta y su padre le salvó de morir ahogado en el mar. "Tenía día libre y decidí ir a bañarme. Había tormenta y viento y no había ninguna bandera que impidiera hacerlo. Saltamos y, cuando salimos a la superficies, estábamos quince metros atrás de la playa. No podía respirar porque había muchas olas y fue una experiencia muy dramática", recordó.

Su padre, con el que entrena en Francia, evitó que las olas engulleran a su hijo y saltó al mar para acercarle en una zona más rezagada. Desde entonces, él mismo admite que su vida ha cambiado y que la afronta de una manera diferente. Este domingo tiene la oportunidad de jugar su primera final de este nivel ante el mejor de todos los tiempos en esta superficie. Ante Nadal, en su casa, quiere dejar claro que viene para quedarse. Tsitsipas es la nueva esperanza del tenis griego.