Raonic despertó de su sueño a Rafa Nadal en Brisbane

Tenis

Nadal lo intentó todo pero no pudo con los cañonazos de Raonic / EFE

Carlos R. Galindo

Carlos R. Galindo

Lo que va del sueño ‘austral’ a la pura (y dura) realidad se dilucidó en tres sets. Rafa Nadal, en su primer torneo oficial del año, Brisbane, maravilló ante el ucraniano Dolgopolov y aún más frente al alemán Zverev pero en su primer envite serio disputado este viernes, festividad de Reyes, contra Milos Raonic, que defendía el título, se dio de bruces contra un muro infranqueable. Al final, 4-6, 6-3 y 6-4 para el canadiense de origen montenegrino que pasó a semifinales por méritos propios.

Nadal, que viene de vivir un 2016 marcado por las dolencias físicas, se reconcilió consigo mismo y con los aficionados en Abu Dhabi, un torneo de exhibición sin más contenido que probar su juego, recuperar sensaciones (y confianza) y ganar un buen dinero. El partido disputado este viernes tenía algo de ‘revancha’. Rafa y Raonic ya se vieron las caras en aquella ocasión pero entonces la victoria fue para el mallorquín. Lo que ocurrió hoy en cuartos de final en Brisbane ya fue otra cosa. 

Tres sets, tres historias completamente diferentes. El primero, serio, solvente para el balear. Rafa mantuvo ese tono de juego serio, muy aposentado desde el fondo de pista con paralelos y cruzados que desarbolaron. Se gustaba, estaba cómodo… Por un momento, dio la impresión que se había hecho con las riendas del partido. Se impuso por 6-4. Pero en tenis no se gana hasta la última bola. El canadiense, que ahora atiende a los consejos del holandés Richard Krajicek, sacó lo mejor de sí mismo en la segunda manga. Golpes poderosos, saques letales… El partido se dilucidó desde el fondo de la pista y también la red; en los servicios y en los resto… Rafa fue acusando el desgaste. Corría y corría cada vez más forzado. Poco a poco, la balanza se fue inclinando del otro lado para acabar esta segunda manga con 6-3 en contra.

¿Saques o cañonazos?

En la tercera y decisiva, Rafa cedió su saque de entrada y pagó caro ese desliz. Se bregó el cobre hasta el final pero ya no consiguió enjugar la diferencia. Con un Raonic ya crecido en pista, consciente de que la victoria dependía únicamente de él, se limitó a hacer aquello que mejor sabe: propinar unos saques que más que saques eran auténticos cañonazos –llegó a hacerlo a 224 km./h.- y bombardear al balear con pelotas a un lado y a otro de la pista obligándole a correr más que a un atleta africano. Rafa lo intentó; no se hombre de voluntad frágil ni de entrega plácida pero ya no consiguió cambiar la suerte de un partido que tomó un derrotero adverso para sus intereses.

Ya se dijo antes de empezar este partido que el choque iba a ser el primer examen serio para Rafa Nadal. Y lo fue. ¡Vaya que si lo fue...! Raonic, que presume del ser el tercer mejor tenista del circuito solo superado por el escocés Andy Murray, líder indiscutible de la clasificación y por el serbio Novak Djokovic, segunda, dio buena cuenta del balear, que ocupa el noveno peldaño. Sumó nada menos que 23 saques directos por tan sólo 4 de Rafa.  Milos Raonic se medirá en semifinales con el búlgaro Grigor Dimitrov. El jugador de Haskovo, de 25 años y número 17 en el ránking, doblegó (6-3, 4-6 y 6-3) al austríaco Dominic Thiem.