El Open de Australia ya tiene sus 'burbujas' alternativas

Poco se imaginaba la organización del Open de Australia que a un mes vista de la celebración de su torneo andarían buscando hotel para poder albergar a los tenistas procedentes de otros países. 

Pero en esa tesitura se encontraron cuando debieron anular el contrato con el hotel Westin, donde estaba ya todo previsto para recibir a los cientos de tenistas y los respectivos staffs para poder pasar la obligada cuarentena de 14 días al entrar al país y antes de iniciar la competición. A tan solo 10 días de la llegada de los protagonistas del Open de Australia no tenían sitio dónde instalar la ‘burbuja’ obligada por la pandemia del coronavirus.

El caso es que en el Hotel Westin hay muchos clientes, la mayoría de avanzada edad, que viven allí todo el año en apartamentos y habitaciones-suites y no estaban dispuestos a que llegaran en las mismas instalaciones tal cantidad de personas con posibilidades de contagiarles del COVID-19.

Fueron muy ‘guerreros’ y amenazaron a Tennis Australia, organizador del evento, en llevar el asunto a los tribunales por no haber comunicado previamente a los clientes las intenciones de hospedar a toda la expedición del torneo en una ‘burbuja’ y para impedir de esta manera que ésta se instalara en el Westin.

Finalmente los residentes del hotel donde tradicionalmente muchos de los tenistas ‘vivían’ durante el Open de Australia por su perfecta ubicación, ganaron la guerra y Tennis Australia rompió el contrato buscó una alternativa. 

Hoteles alternativos al Westin

Ante la imposibilidad de encontrar un solo hotel para hospedar a todos los tenistas, una fórmula perfecta para poder tener a todos los huéspedes controlados, Tennis Australia ha decidido repartir a la familia tenística en varios hoteles, entre ellos el Hyatt. 

Lo que están organizando es que los tenistas que se alberguen en un mismo hotel viajen juntos en un mismo avión y posteriormente entrenen juntos en un calendario que ya está definido de antemano. De esta manera reduce al máximo la diversificación de contactos para que, en caso de que se detectara un positivo, los contactos directos sean los menos posibles. Parece que pese a la adversidad del hotel Westin, está todo controlado.